El Sardinero comenzó a
ser conocido y muy visitado a partir de mediados del siglo XIX y especialmente a comienzos del siglo XX. La moda de veraneo y los beneficios saludables de los
baños de olas atrajeron a este lugar a numerosos visitantes de la burguesía castellana y madrileña.
Poco a poco el Sardinero se fue convirtiendo de un
lugar sólo visitado por los vecinos de Santander a una ciudad-balneario, con todos los servicios para
ofrecer a una sociedad pudientes atraída por el auge económico de Santander, venido de la mano del comercio con las colonias españolas.
Sobre la base de la
evolución histórica y funcional de este espacio se diferencian dos morfologías
urbanas: la del conjunto formado por los chalets y palacetes construidos desde finales del siglo XIX y la de los modernos edificios de bloques de viviendas principales o secundarias de las últimas décadas.
Segunda Playa del Sardinero.
En la plaza del Pañuelo (actualmente la plaza de Italia) se levantaron hoteles, el casino, alamedas, casas de baño, etc. El Sardinero fue comunicado por amplios paseos como el de Reina Victoria, Menéndez Pelayo o el de Pérez Galdós con el ensanche de Santander.
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